24-10-06 El precio de la fama

Buenos días a todos y a todas. Adelina Romerales es famosa. Se trata de una joven y guapa chica de un pueblo de La Mancha que se fue a Madrid cuándo aún era una apocada adolescente con la clara intención de triunfar. Como era muy guapa triunfó muy pronto... en los locales de moda, frecuentados por futbolistas, gente de la tele y gran parte de la incipiente aristocracia progre de la capital.

Un día le dio por salir del local agarrada del bracete de Manolo Sanchidrián, un gallego que se había hecho famoso por participar en un reality chou de esos, uno en el que encerraban a ocho galegos en una herriko taberna durante doce meses para ver qué pasaba. A Sanchidrián le nominaron y expulsaron muy pronto del programa porque decían que su manera de ser constituía una apología del consumo indiscriminado de caballa en aceite y otras sustancias espirituosas y estupefacientes, y claro, eso no se puede permitir en un programa de televisión que ve toda la familia.

El caso es que, como Manolo Sanchidrían era famoso y salió del bar agarrado del bracete de Adelina Romerales, que era famosa, pero sólo dentro del bar, pues Adelina se hizo famosa fuera del bar, o sea, en la tele, porque al día siguiente salieron en el programa “Aquí hay repollo”, que era líder de audiencia.

El caso es que, como Adelina se había hecho tan famosa, sus padres empezaron también a salir por televisión, y su ex-novio del pueblo y también su vecina y su psicoanalista, que todos eran personajes de interés público y el público demandaba información sobre sus vidas privadas, y ellos encantados de contarlo siempre que hubiese un cheque de por medio.

El caso es que un buen día, Ataulfo Romerales, que era un sexador de pollos de Cercedilla, homosexual y con complejo de edipo, decidió hacerse famoso también y empezó a contar por los locales de moda que se había acostado con Adelina y que incluso una vez rezaron el rosario juntos.

Para qué dijo más; empezaron a lloverle las ofertas para contar su historia en televisión y comenzó a ganar una pasta gansa porque la audiencia demandaba conocer más acerca de su vida y sus encuentros con Adelina, aunque fuesen falsos.

Ahora, un par de años después, Adelina, Manolo, Ataulfo, los padres de ella, los sobrinos del otro, el portero de la discoteca dónde iban, el psicoanalista de todos y también un camello que pasaba por allí han demandado a todas las televisiones del mundo porque aseguran que invaden su intimidad y cuentan falsedades sobre su vida.

Pero el público, el gran público, sigue demandando información...

Sean bienvenidos al único programa del mundo en el que no se habla de famosos... y dónde el único famoso es un pollo que, por cierto, nunca se ha acostado con ningún futbolista... de momento. Sean bienvenidos a la mañana, sean bienvenidos a la radio. Bienvenidos a EL CANTO DEL GALLO.

En el programa han sonado: Spencer Davis Group y The Jam