10-4-07 Matar al mensajero
Buenos días a todos y a todas. Menuda se está montando. Está todo el mundo mosqueado y cabreadísimo con los hombres del tiempo porque, al parecer, no han acertado demasiado con los pronósticos para la semana santa. Vamos, que no han acertado nada de nada y los hosteleros, los camioneros, los turistas, los porteros de discoteca, los navegantes y un señor de cuenca que pasaba por allí están mu enfadaos, pero mu enfadaos.
O sea, que llevamos décadas escuchando a los hombres del tiempo decir aquello de “el instituto nacional de meteorología prevé para estos días...” vamos, que la gente ya a estas alturas debería saber que los hombres del tiempo manejan una serie de datos que les facilitan otras instancias, o sea, que Mario Picazo o Carlos Benito no tienen en su casa una estación meteorológica con su veleta, su barómetro, su pluviómetro, su amemómetro y otros aparatos que acaban en ómetro para averiguar el tiempo que va a hacer. O sea que eso de indignarse con los hombres del tiempo es cómo lo de matar al mensajero... y el caso es que, de todos modos, la gente solía fiarse más de los hombres del tiempo de antes, cómo Mariano Medina, todo un clásico, o Manuel Toharia, paradigma del hombre de ciencia, que de los hombres del tiempo de ahora, que manejan más datos pero cómo son más graciosetes pues parece que son menos creibles.
De todos modos, la gente se fiaba mucho más también de las cosas que decían periodistas con mayúsculas cómo el gran Felipe Mellizo que de las que dicen hoy en día algunos panfleteros y opinadores profesionales de ahora.
El caso es que nos pasamos todo el año escuchando pronósticos de cómo va a estar la climatología, y nos pasamos todo el año viendo y comprobando cómo eso de predecir el tiempo que va a hacer no es una ciencia exacta, es más, es casi una profesión de riesgo. Pero durante el resto del año nos da exáctamente igual si el hombre del tiempo se equivoca... el cabreo viene si se equivoca en vacaciones y predice sol y luego llueve... menudo mosqueo, que nos vamos a benidorm o a matalascañas con el flotador de pato, la burbuja y el bronceador a la esencia de zanahoria y resulta que llegamos y está cayendo la del tigre... y tenemos que usar la sombrilla de paraguas.
Pero el mosqueo gordo viene si resulta que el hombre del tiempo dice que va a llover... entonces sí que se lía gorda, porque empiezan a quejarse los de los hoteles, los de los restaurantes, los de los garitos, los de las tascas, los del alquiler de barcas de pedales, los vendedores de flotadores de pato, los fabricantes de bañadores... y luego, llueva o no llueva, al final el hombre del tiempo termina pagando el pato, el del flotador y el del descenso en el número de pernoctacionesy visitas turísticas... vamos, que no me digan ustedes que no es una profesión de riesgo ser hombre del tiempo, que parece el título de una peli del VanDamme: “Riesgo Tormentoso” o una del Steven Seagal "Tormenta de riesgo".
Sean bienvenidos al programa en el que, si nos equivocamos con el pronóstico del tiempo, siempre podremos decir aquello de “¿pero cómo es posible que alguien pueda tomarse en serio lo que decimos aquí?” sean bienvenidos a un día más de radio. Sean bienvenidos a EL CANTO DEL GALLO
En el programa ha sonado: Rufus Thomas
Frase del día: "NUNCA LLUEVE A GUSTO DE TODOS"
Video del día: EDGAR WINTER GROUP "FRANKENSTEIN"
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