EL CANTO DEL GALLO

Bueno, estos textos son las presentaciones con las que se inicia el programa "EL CANTO DEL GALLO" que se emite de lunes a viernes de 07:00 a 08:00 de la mañana en CANAL EXTREMADURA RADIO. No había pensado en publicar las presentaciones, pero algunos amigos y oyentes me han animado a hacerlo, así que aquí están. Espero que resulten interesantes o que, al menos, provoquen alguna sonrisa. Un saludo

Tuesday, October 02, 2007

2-10-07 Armas de destrucción masiva

Buenos días a todos y a todas. Hoy les vamos a hablar de una de las más eficaces, sanguinarias y terribles armas de destrucción masiva que se conocen, un invento demoniaco y asesino que ha provocado desde su invención más dolor y desolación que la bomba atómica o el napalm: el paraguas...

¿Quién tuvo la ocurrencia de inventar el paraguas? ¿A qué clase de ser ladino y maquiavélico se le pasó por la cabeza inventar semejante aberración? ¿Qué clase de dios permitiría la convivencia en el mundo entre el ser humano y un ingenio del mal cómo es el paraguas? Con lo bien que nos iba con el chubasquero...

Porque vamos a ver, el invierno ya tiene de por sí sus inconvenientes, cómo por ejemplo esos charcos que se forman siempre del lado de la acera, no de las dos aceras, ni del centro de la calzada, sino del lado de la acera por el que vas andando precisamente tú, que justo cuándo te despistas mirando la portada del último libro de Jaime Peñafiel pasa el camión de turno y te deja todo enchapinado, amollecido cual pollito y remojado cual garbanzo...

También están esos inventos del demonio que son los baldosines sueltos, trampas mortales que proliferan por las calles de nuestras ciudades y pueblos, traicioneros puntos de nuestra geografía que cuándo los pisas desatan toda la furia de la caja de pandora escondida bajo ellos en forma de agua sucia... que vas tú tan tranquílamente por la calle y en cuánto te despistas mirando en algún escaparate la portada del último libro de Jiménez Losantos coges, llegas, vas y pisas el jodío baldosín de marras y entonces de repente toda tu vida pasa por delante de tus ojos a cámara lenta mientras el baldosín descarga sobre las perneras de tus pantalones toda su furia y carga acuosa... y es que cuándo suena “chof” ya no hay stop... digo, ya no hay remedio... igualito que cuándo haces pop.

Pero eso son nimiedades, tonterías, pequeñas anécdotas si las comparamos con el terrible poder de destrucción de un paraguas, un invento del demonio formado por una barra, unas varillas, una tela y un pincho en la punta... un invento en el que todo menos la tela es susceptible de ser utilizado cómo arma mortal, desde el gancho de la empuñadura hasta el sanguinario picho de la punta, y eso sin hablar de las varillas, que sobresalen de la tela cómo la promesa de un sangriento ataque al ojo más incauto y despistado... Que puedes coger a un tipo y arrancarle la nuez con el gancho, golpearle con la barra, sacarle el ojo con la varilla, cortarle el cuello con la tela tensa y pincharle en el estómago con el pincho de la punta, vamos, que si eso no es un arma completa, que venga James Bond y lo vea.

¿Como es posible que para conducir un coche haga falta aprobar un exámen, que para comprar un arma haga falta una licencia y que cualquiera pueda llegar a una tienda y comprar nada menos que un paraguas? Nuestra legislación tiene lagunas, pero ninguna tan profunda y grave cómo la impunidad paragüil.

Y de los paraguas esos “automáticos” ni hablamos... esos que tienen un botón que lo aprietas y hace el paraguas “plonck”, “shhhhaft”... y ya está abierto y listo para matar, cómo si fuese el arma secreta de un antiguo maestro de esgrima... Piensen en ello, piensen en la escena:

Salen ustedes de casa, miran al cielo, está nublado, dirigen sus pasos hacia la librería más cercana para pillarse el último libro de Sánchez Dragó, que por lo visto tampoco es suyo, por cierto, y ven al fondo de la calle, cómo si se tratase de tres forajidos del lejano oeste, a tres ancianas armadas con sus respectivos paraguas aún cerrados. Parece la escena final de “duelo en el OK corral”, usted avanza lentamente por la acera mientras ellas caminan empuñando el paraguas cerrado con sus temblorosas manos. Cada vez están más cerca y en cualquier momento puede suceder algo terrible, de repente suena un trueno y... ¡¡¡zas!!! las tres a la vez aprietan los botones de sus paraguas y los tres a la vez se abren, preparados para llevar a cabo una verdadera masacre... y usted advierte el odio en sus miradas, el ansia de dolor en sus ojos inyectados en sangre... y es entonces cuándo, de un modo providencial, logra usted salvar la vida porque una de las ancianas pisa un badosín suelto, empapando las enaguas de las otras dos y provocando un momento de despiste que usted aprovecha para poner los pies en povorosa y salir pitando... De esta se ha librado, pero piense siempre que a la vuelta de cualquier esquina, en cualquier momento, puede haber un paraguas esperandole... y tal vez entonces no haya un baldosín suelto que le libre a usted de su destino...

Sean bienvenidos al programa que siempre se ha mostrado partidario del chubaquero, esa prenda práctica a la par que inofensiva. Por cierto ¿habrá chubasqueros para pollos? Sean bienvenidos a EL CANTO DEL GALLO.

En el programa han sonado: U2 y The Cramberries

Frase del día: HE DISFRUTADO MUCHO CON ESTA OBRA, ESPECIALMENTE EN EL DESCANSO

Video del día: PINK FLOYD "COMFORTABLY NUMB"

3 Comments:

Anonymous Anonymous said...

I am singing in the rain (without umbrella)
Just singing in the rain (without umbrella)

Fred Astaire o Stanley Kubrick?

V.

7:03 AM  
Blogger José Carlos Macías said...

ambos, sin duda alguna. Adoro a Fred Astaire, me encantan todas las pelis de Kubrick... y a Gene Kelly le considero un genio absoluto

un besazo, Verónica, muchas gracias por estar ahí ;-)

7:25 AM  
Anonymous Anonymous said...

¿Qué le pasa a tu blog, compañero?
Saludos.

8:04 AM  

Post a Comment

<< Home

Contador Gratis
Contador Gratis