12-9-07 ¿Dónde está Humphrey?

Buenos días a todos y a todas. El número diez de Downing Street vuelve a tener un inquilino gatuno. Y me dirán ustedes ¿y a mí qué me importa? Pues también es cierto, pero se trata de una historia que nos ha hecho bastante gracia, la verdad.

Resulta que la casa del número 10 de Downing Street, en Londres, es la habitual residencia del primer ministro británico. Allí vivió Margareth Thatcher, allí vivió John Mayor y allí vivió Tony Blair. Con la retirada de éste y su posterior sustitución por Gordon Brown, debía ser éste el nuevo inquilino del número 10 de Downing Street, pero no, se ha cambiado la casa con el ministro de finanzas.

Resulta que el ministro de finanzas vive habitualmente en el número 11 de Downing Street, que debe ser, por lo visto, la calle del gobierno. Total, que parece ser que la casa del número 11 es más grande que la del número 10, así que el actual ministro de finanzas le debió decir a Gordon Brown.

-Oye, Gordon Brown, que si quieres podemos hacer un apaño y nos cambiamos el keli, que el mío es más grande y seguro que tú necesitas más espacio. Yo con tu casa me las arreglo, si te apetece...

Y eso hicieron. El primer ministro se mudó al número 11 y el ministro de finanzas, Alistair Darling (anda, que vaya apellido que gasta el muchacho, que “Darling” significa algo así cómo “cariño”, “querido” y tal... imaginense cuándo le diga su mujer cosas cómo “Alistair, darling, ya que vas al parlamento, acuerdate de traer luego una docena de huevos y el último número del “Cuore”... ah, y no te olvides de devolver las pelis al videoclú”), bueno, pues eso, que se han cambiado las casas.

Resulta que el ministro de finanzas tiene una gata que se llama Sybil, y que ya tiene su rinconcito y su cajón de arena para hacer sus cositas en el número 10 de Downing Street, recuperando así la tradición de que en la casa haya gato, o gata, para mayor regocijo del tapicero de Downing Street, que volverá a ganar una pasta tapizando las sillas, sillones, sofares, tresillos y demás cosas tapizables del gubernativo hogar.

El tapicero de Downing Street, según se cuenta en los mentideros, ya ganó suficiente pasta cómo para pagar la universidad de sus 19 churumbeles tapizando los destrozos que hacía “Humprey”, el gato callejero que adoptó Margareth Thatcher durante sus últimos años de mandato y que terminó heredando John Mayor, el siguiente inquilino de la casa.

Pero un misterio planea aún hoy sobre el número 10 de Downing Street... ¿qué pasó con Humprey cuándo los conservadores perdieron las elecciones y la casa pasó a ser ocupada por el laborista Tony Blair? Porque en ese momento, en aquella época de cambios para el país, el célebre gato desapareció sin dejar rastro... para ser encontrado muerto poco después. Hay quién dice que fue la mujer de Tony Blair, Cherie, la que no podía soportar al minino y se deshizo de él, aunque obivamente nunca pudo ser demostrado...

La cosa debió ser que la pobre mujer estaba hasta las narices del gato, que lo dejaba todo lleno de pelos y no paraba de arañar los sillones, los sofás y los muebles del salón... y seguro que rompió también algún jarrón, lo que trajo consigo las iras de la primera dama

-Oye, Tony... hasta aquí hemos llegado. Mira, pase que tengamos que estar llamando cada dos por tres al tapicero para arreglar los sofares y los sillones. Pase que me esté gastando la mitad del presupuesto doméstico en “Reparador” de O'Cedar para quitar los arañazos del mueble bar y las patas de la mesa... pero lo del jarrón que nos regaló mi madre por nuestra boda sí que no, eso sí que no... o se va el gato o me voy yo, punto pelota

-Pero Cherie, querida, cariño, mi amor... que soy el primer ministro, mujer ¿no crees que ya tengo bastante trabajo con lo del IRA, la guerra del golfo, la economía del país, las huelgas de los mineros, los apagones y los retrasos en los trenes de cercanías? Para colmo me están dando una caña brutal en la cámara de los lores a cuenta del último cambio de gobierno. Y por si fuera poco me ha salido un sector crítico en el partido que molesta más que un grano en el culo... anda, mujer, ocupate tú del gato, que yo tengo una reunión en las Azores con Mr. Ansar y el presidente Bush, por nosequé de invadir Irak y cosas de esas...

Y claro, la mujer se tomó al pie de la letra y “se ocupó” del gato... y el pobre Humphrey desapareció... y nunca más se le volvió a ver con vida... y es que nunca se sabe hasta dónde puede llegar el olor de las cloacas del poder cuándo alguien resulta incómodo, aunque sea un gato...

Sean bienvenidos al programa que jamás abandonaría a un gatito, aunque fuese un gato conservador. Sean bienvenidos a EL CANTO DEL GALLO

En el programa han sonado: Wishbone Ash y The Credence Clearwater Revival

Frase del día: MORGAN FREEMAN ES UN ACTOR ENCASILLADO... SIEMPRE HACE DE NEGRO

Videos del día: FRAGMENTOS DE "FANTASÍA" DE WALT DISNEY con obras de BACH, PAUL DUKAS y MODEST MUSORGSKI